Ayer en clase* salía una de mis aberraciones populistas favoritas, si bien en este caso con cierto tono de pregunta y en un contexto agradable.
Es algo así:
«Y después de tanto dinero y tantos estudios, que no se sepa el por qué del declive del urogallo…»
Y aquí se puede sustituir «urogallo» por cualquier especie emblemática, es decir, susceptible de ser utilizada para meter goles -a puerta vacía, claro- en la barra de un bar o en La Nueva España.
Mi contestación, en dos fases, fue y sigue siendo más o menos la que sigue:
Fase 1, con similar populismo y mala leche: «y entonces, ¿qué pasa con la malaria? Por esa regla de tres, por el dinero invertido en la investigación contra el SIDA, supongo que habréis dejado de usar preservativos.»
Creo de hecho que dije condón, pero es que habían fallado los ordenadores y estaba un poco alterado…
Fase 2, un poco más constructivo: «La inversión promueve y facilita la investigación, pero no puede comprar los resultados».
Puede, claro está, comprar investigadores sin escrúpulos.
*Gracias a los alumnos de 3º de Forestales de Mieres por la discusión, y la paciencia con las prácticas «defectuosas» 😉