A hombros de gigantes, decimos.
Los descubrimientos de hoy no parten de cero, se apoyan en descubrimientos precedentes, de mujeres y hombres que trabajaron antes que nosotros. Nada nuevo, ni siquiera cuando lo formuló Isaac Newton en 1676 (Wikipedia):
If I have seen further it is by standing on the shoulders of giants
Fijaros, esa idea loable y romántica, no dice nada de pisarles la cabeza a los gigantes hasta enterrarlos en la arena; no dice nada de que sigan bajo nosotros, pero ocultos. Y sin embargo eso es lo que ocurre cuando usamos el trabajo de otros sin reconocerlo. Y en estos días de Internet (por otro lado fantásticos) la información está ahí al lado, a pocos clicks. Y cortamos, y pegamos, y compartimos.
Esta entrada llevaba rondándome la cabeza una temporada, y la termino de escribir espoleado esencialmente por dos cosas: las memorias de prácticas de Ecología de 3º del Grado en Biología de UniOvi, y el boletín del cole de mi hija (que no redactan los alumnos). En ambos casos leo párrafos completos que han sido copiados literalmente de fuentes diversas1, sin reconocer esas fuentes, y sin indicar que se usan palabras textuales de otros. Dícese plagio. Suena mal, suena fuerte, y legalmente no se puede hacer.
Pero esto no va de normativa ni de tramposos. Escribo para los que caen (caemos / hemos caído) en ese tipo de errores sin ser completamente conscientes2. Porque el volumen y el flujo de información es masivo, y contribuye a difuminar el esfuerzo que reside tras esa información. Y porque andamos con prisa. ¿Cómo empezar a evitar esa injusticia, cómo ajustar el comportamiento? No es difícil, sólo un poco más tedioso.
Usando el ejemplo de los gigantes, arriba cito una frase de Newton, y me aseguro de que esté claro que es una cita literal. Incluso las plataformas de blogs como la que uso ahora mismo incluyen directamente el formato «cita» para distinguir unos textos de otros. Pero no necesariamente acaba ahí. Al empezar a escribir me sabía lo de «a hombros de gigantes», pero no recordaba la frase exacta ni la fecha, así que como es habitual busqué en Internet. Y encontré como suele ser también habitual una web que contenía lo que buscaba, en este caso Wikipedia. Esa información no llegó ahí por arte de magia; alguien la escribió, alguien la mantiene. Es gratis para nosotros, sí, pero ha supuesto inversión de algún tipo para otros. Por eso incluyo arriba el enlace a la web original, que además en este caso es una enciclopedia. En un formato más académico, el enlace habría que sustituirlo por una referencia, tal que así:
Anon. 2014. Standing on the shoulders of giants. Wikipedia, the free encyclopedia [URL: en.wikipedia.org/wiki/Standing_on_the_shoulders_of_giants]
Resulta entonces que no trasmito al lector la poesía ni la ocurrencia de haber producido «a hombros de gigantes». Es justo, no lo hice.
Trasmito en cambio que conozco la frase, el significado, y donde encontrarla. Trasmito que sé como citarla y reconocer el trabajo de otros. Da igual si estamos escribiendo para el boletín del cole, para la memoria de prácticas de una asignatura, para un informe técnico, o para la publicación científica de nuestra vida. Cada uno de esos ejemplo son importantes en su contexto, y reconocer el trabajo de los demás lo es siempre. Por eso, y porque no nos sacamos las cosas de la manga, en el mundo académico ocupa mucho tiempo recopilar, leer, ordenar, y citar las fuentes usadas. Y por eso usamos software específico que ayuda en la tarea (asunto que dejo para otra ocasión, y que debiera estar clarísimo en los estudios actuales).
Espera, que no termino todavía. El hecho de que me permita la licencia de escribir sobre el tema no quiere decir que pueda tirar piedras. Se me ocurre un ámbito al menos en el que los profesores incurrimos, a sabiendas o no, en la misma falta: buscando material audiovisual con el que ilustrar las clases, recurrimos a menudo a Internet. Y esos recursos, muchas veces imágenes, tienen dueño. En la mayoría de los casos, especifican de una forma u otra los términos en los que los podemos usar. Y no, no es correcto usar una foto ignorando a la autora o autor. Y menos aún ocultando la marca del copyright © si la hubiere. Por un lado porque, insisto, hay que reconocer lo que es justo. Y por otro porque hay gente que vive de hacer esas fotos o ilustraciones tan chulas, y si seguimos abusando puede llegar un día en que deje de poder hacerlas.
Por todo ello, la próxima vez que nos llegue otro pogüerpoint lleno de imágenes fantásticas sin autor, o la próxima vez que nos entre una foto con un texto gracioso, procedente de portales que viven de las imágenes de otros sin darles crédito, quizás debamos pensarlo dos veces antes de darle al «compartir».
¿Y cómo nos apañamos, entonces? Estamos de acuerdo en que vivimos en tiempos visuales, y no es necesario renunciar a tanta maravilla. Una vez más, sólo lleva un poco más de trabajo. Primero, podemos fijarnos en el tipo de licencia y en el uso permitido por el autor. Veremos entonces que las imágenes © son mayoría. En líneas generales, si la imagen incluye un ©, no podemos usarla sin permiso. No es tan simple, porque incluso en esos casos existe un «uso justo» que te permitiría usar algún formato en algún contexto, pero nos entendemos.
Normalmente los profesionales suelen prever estos asuntos, incluyendo «condiciones de uso» en sus portales (enlaces a ejemplos con distinto grado de detalle aquí y aquí). En cualquier caso, una opción relativamente simple si no queremos o podemos seguir los pasos requeridos por los autores, es buscar imágenes (o textos etc.) cuya licencia sí permita determinados usos directamente: entramos en el dominio de las licencias Creative Commons.
Y esto de las licencias Creative Commons no es un asunto especialmente marciano; sin ir más lejos, el cotidiano Google incluye en sus filtros la posibilidad de buscar imágenes con términos de uso menos restrictivos que el habitual ©:
Lo mismo ocurre con otros portales, como por ejemplo Flickr, esencialmente un almacén de imágenes. Permite que los usuarios definan qué tipo de uso de sus fotos aceptan, y nos permite a los que buscamos filtrar por el tipo de licencia. Salid por favor un momento a ver la foto tan chula de este enlace, publicada con una licencia CC. La imagen no incluye «una marca de agua» especificando autor y/o uso, pero en un lateral disponemos de esa información, incluidas las condiciones:También existen fuentes que por diversas razones pertenecen al «dominio público«; en líneas generales a él pertenecen las imágenes que encontramos en Wikimedia Commons. También en líneas generales, y en el caso concreto de las imágenes, serán de menor calidad, o menos impactantes, y quizás no sirvan para todos los propósitos. Es decir, si necesitamos una imagen cualquiera de un oso, es fácil que la encontremos ahí. Si en cambio necesitamos una foto de Zorotypus hubbardi en acción, igual tenemos que pedir permiso o pagar la tarifa fijada. O hacerla nosotros.
Claro está que no somos sólo usuarios de lo que otros producen. También escribimos, hacemos fotos y, algunos, incluso sabréis cantar y dibujar. Haréis bien entonces en decidir qué uso queréis permitir para aquellos productos que lancéis, por ejemplo, al océano de Internet. Y, creo, todos haremos bien en dar crédito al trabajo de otros como nos gustaría que se lo dieran al nuestro.
[1] Sin entrar en herramientas más avanzadas, un simple «copia y pega» del párrafo sospechoso en Google puede encontrar la fuente original.
[2] Sé que «completamente conscientes» soporta mucha varianza, sí.
/Mario Quevedo
Estoy absolutamente de acuerdo con lo «post»ulado!
La cantidad de informacion, fotos, textos hace con que se banalize el trabajo que esta por detrás, y en un mundo lleno de prisas la falta de reconocimiento de ese trabajo es una espina para aquellos que didican su tiempo y arte o racionamento a explorar un tema!
Creo que como casi todo, este tipo de comportamiento esta enraizado en la educacion, o mejor dicho, el la falta de una educacion adequada que busque integrar estes comportamientos en el quotidiano de todos, y no solo para quien vá a la académia.
Saludos!
Gracias por el comentario, Nuno. Y por el anterior, que no llegué a responder. Te agradezco especialmente el esfuerzo de comentar aquí en español.
En muchos casos creo que es la falta de reflexión la que nos lleva a esos mini-plagios. De ser así, se arreglaría fácil.
Salud!