Plantas y estructura

Mario Quevedo, en Cantabricus
Tiempo estimado de lectura: 2 min.

Las plantas son los seres vivos responsables de la fotosíntesis en medios terrestres. Pienso que eso es de dominio público. Son por tanto responsables de ese proceso que retira carbono de la atmósfera, lo incorpora a los tejidos vegetales, y devuelve oxígeno. Esos tejidos vegetales nos los zampamos todos.

No tengo claro que sea tan apreciado el papel de las plantas como creadoras de estructura. Su capacidad de aportar la tercera dimensión, esa que necesitamos por ejemplo en las casas para almacenar cosas (No; no toda esa morralla. Debes reciclar esos apuntes de haz 30 años). Mejor dicho, pienso que es de dominio público que los árboles aportan estructura, y sombra, a la tropa. La cosa se pone peor cuando hablamos de plantas leñosas de menor porte, sin rendimiento económico inmediato. Y ya acechan amenazas informes, peores incluso que las deformes, cuando se trata de herbáceas vivaces. Sí, esas que te crecen donde quieren, cuando quieren.

Al grano: ayer salía dispuesto a retirar flores “pasadas”. ¿A qué fin, manín? Nada, capricho: me gustan las flores, y decía una dama en YouTube el otro día que así promovería más floración. Al arrimarme a una, me encuentro con un par de abejas alojadas entre los pétalos.

Y ahí estás tú, con la tijera de podar, resolutivo e hipertrófico (recién desayunao); y las bichas esas mirándote en plan Really, George?

Podría haber más abejas en esa flor, no miré mucho más. De las 8 o 10 flores cercanas, al menos 6 contenían más abejas como las de la foto. Son abejas solitarias1, creo que del género Halictus. Bichos muy guapos, y nada escogidos a la hora de decidir de qué plantas cogen polen y néctar, y por tanto que plantas polinizan. Entre las plantas que usan las Halictus están, por ejemplo, las de las coles.

El caso es que eso que aprovechan estas abejas es estructura. Desde las secuoyas que aparecen por algún noticiario estos días, a los recovecos de la minúscula flor de la verbena, las plantas aportan también refugio. Y es que en el campo, ademas de comer, hay que pasar la noche, descansar un rato, esconderse del jefe, producir más abejas, etc.

Esa estructura, ese refugio que aportan las plantas, las silvestres incluso más que las del capricho del autor de la foto, son imprescindibles para que los paisajes que usamos sigan albergando fauna. Es decir, para conseguir eso de “preservar la biodiversidad”, que aparece en eslóganes por toda la estructura tridimensional del espectro político; normalmente cerca del “quemar biomasa”.

Eso sí, la estructura es democrática. Para todos los gustos. En la flor adyacente, realmente “pasada”, esperaba, como solo las arañas saben esperar, una araña cangrejo. Sacan el jornal precisamente de capturar los insectos que visitan las flores; aprovechando velocidad y camuflaje, y paciencia.

Si la araña no te parece particularmente camuflada, piensa que igual las abejas no ven los colores y las estructuras como nosotros. También puede ser que la araña estuviera de vacaciones.

En todo caso, flores, abejas, y arañas han llegado hasta aquí como consecuencia, entre otras cosas, de las interacciones mantenidas por sus ancestros con otras flores, otras abejas, y otros predadores. Sobre el escenario de la estructura.

1– A diferencia de la abeja melífera, o de las hormigas, que son insectos muy sociales, con colonias compuestas por individuos con distintas funciones, la inmensa mayoría no reproductores.

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