Por Mario Quevedo, en Cantabricus
Conocer el pasado es clave para predecir el futuro, dicen. Podríamos matizarlo con algo así como «predecir dentro de márgenes de error útiles». Sirva esa modificación para ilustrar que me estoy refiriendo a las predicciones de futuro propias de aplicar marcos teóricos conocidos, y no a aquellas derivadas de superpoderes o sustancias estupefacientes.
Cada vez tenemos más clara la importancia de conocer la historia ecológica para establecer los marcos de referencia en biología de la conservación (enlazó aquí un número especial dedicado al tema por una de las revistas de referencia). Y uno de los componentes de esa historia es el impacto pasado de las actividades humanas sobre un paisaje, y sobre las especies vegetales que lo constituyen. Usaríamos ese conocimiento histórico para separar procesos estrictamente naturales de aquellos mediados por la extracción, y así mejorar por ejemplo las labores de restauración.
No es España un país de buenos registros ecológicos, por razones que se escapan a mí alcance y a los contenidos de esta entrada. Por eso es particularmente agradable recibir la noticia de que alguien ha tenido el valor de lidiar con esos registros ocultos, y fragmentados, con la intención de facilitar al público la información. Y si el esfuerzo se refiere a uno de los rincones más salvajes de Iberia, mejor.
Eso es lo que nos encontramos en el libro «La explotación de madera en el monte de Muniellos (Asturias) 1766-1973«, de Juaco López Álvarez, con apéndice de Juan Pablo Torrente Sánchez-Guisande. Habla el libro especialmente de la faceta del «bosque transitado», del «bosque explotado», como escribía el propio Juan Pablo Torrente en otra obra1. Pero también de las idas y venidas de propiedad – y rentabilidad – que desembocaron en el estatus actual de protección. Además, la obra está disponible para libre difusión (pdf, 2.4 MB). Y precisamente porque lo tenéis ahí, a un click, no hace falta explicar mucho el contenido. Sírvase uno mismo los textos y las fotos. Como anécdota, referiros a la imagen contenida en la página 69, correspondiente a una de las zonas de la actual Reserva Integral donde más esfuerzo de muestreo hemos invertido unos cuantos en los últimos años, tras los urogallos.
Trabajando y disfrutando en la zona, muchas veces he intentado imaginar como fue el monte antes de que la extracción cambiara, seguramente sólo en parte, el paisaje. No creo que tenga arreglo, y habrá que seguir imaginando. Pero documentos como el reseñado, ayudan. Mucho.
Notas:
[1] Torrente JP. 1996. Breve historia de la Reserva Integral de Muniellos. En: Fernández Prieto JA y Bueno Sánchez A. La reserva integral de Muniellos: flora y vegetación. Oviedo, Principado de Asturias, Consejería de Agricultura.
Agradezco a Juan Pablo Torrente que me haya puesto sobre la pista de esta edición del libro, y sobre la posibilidad de difusión del mismo.
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